Renatte es menuda, pecosa, con el pelo casta?o recogido en una coleta. Tiene una de esas bocas que no sonr?en bien. Los dientes, un poco oscuros. Los ojos claros. Es delgadita. Viste un pantal?n vaquero y una camisa blanca. Parece una ni?a, una adolscente. Probablemente pesa entre cuarenta y cinco — y cincuenta kilos, y no mide m?s de uno sesenta. Cuando veo a Renatte, el coraz?n me late muy deprisa. Porque Renatte y yo somos como dos gotas de agua. Id?nticas. De la cabeza a los pies.
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